Éxito en la primera edición de Getxo Sound Fest

Una primera edición siempre da vértigo, a los organizadores y a los asistentes. Este fin de semana pasado ha tenido lugar la primera edición del Getxo Sound Fest, un festival con alma remember que pretende recuperar la corriente musical de la zona, surgida en los años 80. Por ello, uno de los grupos confirmados y, encargados además, de abrir el festival fue El Inquilino Comunista.

La situación de la carpa que alojaría los conciertos no podía ser más adecuada, la salida de la boca del metro de Las Arenas, haciendo así más que fácil el acceso a la misma desde fuera del barrio getxotarra. Pero no sólo de eso deben presumir los organizadores, la puntualidad en todas y cada una de las actuación ha sido sorprendente. Todo medido y bien programado. 

Los grandes nombres del viernes eran los murcianos Viva Suecia, y los burgaleses La M.O.D.A. (La Maravillosa Orquesta del Alcohol). Aunque no hubo un lleno total, fue notable la afluencia de gente cuando llegaron estos conciertos, así como la bajada de edad media del público. Lo cierto es que ambos son grupos que están ahora en boca de todos y en incontables festivales de diversos estilos (llama la atención la confirmación de La M.O.D.A. para el Viña Rock 2019), por lo tanto eran un reclamo perfecto para una primera edición. Y efectivamente el público respondió de la mejor manera posible. Es innegable que los asistentes disfrutaron al máximo la presencia de estos artistas sobre el escenario.

Foto: David Mars

Sin embargo, no fueron estos los conciertos que más me gustaron a mi personalmente, quizá envueltos por ese éxito repentino, que no digo yo injustificado, se entreveía cierta preocupación por las formas y lo visual y no tanta por transmitir. Todo lo contrario a lo que sucedió con la segunda jornada, en la que las actuaciones de Tulsa, Smile e Iván Ferreiro fueron sobresalientes. La banda de Miren Iza derrochó elegancia. Sus letras son fantásticas, y la puesta en escena, sencilla en forma, deja que la sensibilidad y profesionalidad de los músicos tome protagonismo. Por su lado Smile, aportó ese punto más festivo de locura, energía, y simpatía con multitud de guiños al público, parte del cual acabó subiendo al escenario, aumentando aún más la sensación de estar viviendo una fiesta. Lo cierto es que el contraste entre Tulsa y Smile fue más que acertado y todos supimos disfrutar de ambas propuestas e involucrarnos en ellas.

Y para acabar la noche y el festival, un peso pesado del panorama musical español, Iván Ferreiro con banda al completo, entre quienes estaban Amaro Ferreiro, por supuesto, y Pablo Novoa, miembro del grupo Golpes Bajos (banda homenajeada en el último disco del gallego). Presentaron un set en el que repasaron tanto la carrera en solitario como las andanzas de Iván Ferreiro bajo el paraguas de Los Piratas. Temas como Mi Coco, o M, que sonó gracias a la petición espontánea de una seguidora antes del concierto (gracias), nos llevaron a algunos a nuestro primer contacto con la música algo más apartada de la radiofórmula.

Y así llegamos al final de esta primera edición en la que, el nivel de organización, cartel y artistas ha sido más que satisfactorio en todos los sentidos. Ahora sólo queda esperar a la confirmación de que habrá una segunda edición.