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Así vivimos el BIME 2017

Crónica BIME 2017


Nunca tengo claro si tomarme el BIME como el último o como el primer festival de la temporada... Sin duda el gran bajón es después de Ebrovisión; sin embargo, parece que hasta que no pasa el BIME no suelo quitarme la cosecha de pulseras festivaleras anual por lo que debo aceptar que, en efecto, acaba de terminar la temporada de grandes festivales para mí. 

BIME no es un festival más, es un congreso de música que alberga actividades para profesionales de los diversos ámbitos de la música (BIME Pro), conciertos gratuitos en multitud de bares de la ciudad (BIME City) y BIME Live, el reclamo para el gran público en forma de festival bajo techo.

Después de varios días de conferencias y showcases en los que pudimos disfrutar de un directo potente y desenfadado de The Inspector Cluzo a cambio de perdernos el directo de Gerente (a punto de sacar nuevo disco), acudimos a ver a The Limboos. Sinceramente no me esperaba ver el local con tanta gente pero sí, BIME City, ha tenido más tirón del que algunos pensábamos.

Llega el viernes y con las pilas cargadas acudimos puntuales al concierto que abría BIME Live, Rural Zombies. Lograron calentar el ambiente a pesar de la temprana hora a la que estaban programados, algo de lo que el público se quejó durante las primeras canciones hasta dejarse llevar por la realidad y por lo Ethereal y disfrutar del concierto que ofrecieron los de Zestoa. Gran comienzo de jornada.

Rural Zombies//BIME
A continuación salían a la palestra Pablo Und Destruktion en el escenario contiguo. Hicieron gala de sus letras reivindicativas y claras, prácticamente recitadas, pero no se consiguió mantener la energía que quedaba en el ambiente después del concierto de Rural, que claramente nos dejó con ganas de más. 

Pasadas las 20:30 apareció sobre el escenario una cuadrilla ataviada con chaquetas rojas y gorras de dudoso gusto dispuesta a hacer música instrumental. ¿Que qué aburrido? Resulta que la que montó Meute fue para recordar. Nos devolvió el ambiente festivalero del que se debe hacer gala en un evento de este estilo. El público, a pesar de no conocer sus temas, se dejó llevar por el derroche de energía, simpatía y complicidad de este grupo formado por 11 miembros cuya música es a base de instrumentos de viento y percusión, incluída lo que parecía ser una marimba, algo parecido a un xilófono.

Uno de los reclamos del festival eran sin duda Royal Blood, una de las sorpresas del Bilbao BBK Live de este año. El concierto de Kobetamendi nos dejó a todos con la boca abierta, quizá por esas altas expectativas creadas hace sólo unos meses, ésta vez nos faltó algo. No se me malinterprete, fue un muy buen concierto pero una vez pasado ese factor sorpresa, esta vez nos quedamos con buen sabor de boca, pero hasta ahí. También influyó sin lugar a dudas el no estar en el punto álgido de la noche, estar sobre un escenario más pequeño, lo reciente de su anterior visita a Bilbao... La aparición de dos coristas auguraba algo diferente, pero se quedó en una intención debido a la breve intervención de éstas y que sus voces quedaban prácticamente ahogadas en los sonidos de la guitarra y la batería. Como digo, muy buen concierto, pero a falta de un nosequé que no me consiguió quitar las ganas de volver a verles dentro de un tiempo prudencial.

Royal Blood//BIME
Ride es un cuarteto surgido a finales de los 90 originario de Oxford, con varias idas y venidas en su carrera. Ofrecieron un concierto de britpop de calidad, ilusionando más a los nostálgicos que al resto del público, vamos a decirlo también. Por supuesto repasaron tanto los primeros trabajos como el último Weather Diaries, editado este año. Quizá uno de esos grupo cuya actuación sólo supieron apreciar realmente quienes vivieron sus primeras andaduras.

Personalmente me hacía especial ilusión ver a Metronomy en directo por primera vez y en casa ya que no es un grupo que se deje ver demasiado por estos lares. Tristemente no pude disfrutar del concierto desde donde yo me encontraba ya que la cantidad de gente que fumaba a mi alrededor, a pesar de estar prohibido al ser un recinto cerrado, era demasiada. Preferí alejarme un poco del tumulto, concentrarme en la diversión y la frescura del grupo, especialmente cuando Anna Prior tomaba el mando, y abstraerme de la burbuja formada.

Metronomy//BIME

Para finalizar el día, quedaban aún un par de conciertos, pero necesidades como cenar, recoger las cosas del guardarropa, y otro par de asuntos más, provocaron que sólo escuchásemos a Orbital de fondo y mientras estábamos en la zona de restauración. El ambiente desde luego era el propio de un grupo de este calado. Aún quedaba Kiasmos, y tanto en los escenarios principales como en la zona Gaua, dedicada a la electrónica, se notaban ganas de juerga. 

El sábado llegamos a mitad del concierto de Las Bistecs, cuando la gente perreaba como Laika. Con su look callejero y mamarracho se supieron meter a la gente en bolsillo. Letras descaradas y divertidas como la Señoras Bien o DJ Bicha, que se toca el sobaco por gusto, no pasaron desapercibidas entre los que desconocían el grupo. Fue una experiencia interesante ver la reacción de los fans de The Prodigy de las primeras filas mientras actuaba el dúo.

Las Bistecs//BIME
Delorean, en el escenario Antzerkia, encantó a algunos y decepcionó a otros. Seguramente estos últimos no se llegaron a enterar de que ofrecerían un concierto diferente y es que hay que leer el programa amigos. En un ambiente intimista, background sencillo, txalapartas y originalidad, presentaron su disco Mikel Laboa, homenaje al gran artista donostiarra.

BNQT, ese grupo que nadie pronunciaba bien, salió al escenario con la expectativa de que Alex Kapranos se dejase ver. Y así fue, aunque poco duró la cosa. Algo irreconocible para algunos estaba Fran Healy, vocalista de Travis, que se mantuvo en un segundo plano e incluso se atisbaba algo de timidez en su estar. Sin duda alguna fue el más aclamado de los componentes de este supergrupo, y yo que me alegro. Sonaron temas como Sing y cuando hizo referencia al tiempo de su escocia natal, ya todos supimos que sonaría Why does it always rain on me? El grupo terminó tocando Revolution, de The Beatles. No está nada mal.

Seguido, y ya con Kapranos para rato, tuvimos a Franz Ferdinand sobre el escenario. Aún recuerdo su actuación hace unos años en el Bilbao BBK Live, aunque no por lo que me gustó. Por eso esta vez iba preparada para ver algo similar, un concierto lento y sin emoción. Por suerte, puedo decir que presentaron una actuación a la altura de un grupo de este calado y sí, ahora puedo decir alto y claro que he visto a Franz Ferdinand en concierto, en un concierto que fue creciendo en calidad, soltura y comunión con el público. Así sí.

Franz Ferdinand//BIME
Y ya llegamos a lo que para mi fue el éxtasis de la jornada. Si bien no me considero fan de The Prodigy, es imposible no haberlos tenido presentes a lo largo de la vida. Salieron al escenario a comérselo. A comerse el escenario, el público y Bilbao entero. Desde abajo veíamos movimiento, luces, energía, experiencia y ganas de transmitir. Creo que fue uno de los mejores conciertos de esta edición, y estaría mal no reconocer que el público estuvo siempre a favor de obra, lo cual ayuda a crear ese ambiente festivalero y a que seguidores de diversos estilos y grupos empasten perfectamente y sepan disfrutar de la música.

Tan sólo me queda ya comentar que sí, la fecha para la edición de 2018 ya está confirmada. Será los días 26 y 27 de octubre. Apuntado queda.
Así vivimos el BIME 2017 Reviewed by Lour on 16:40:00 Rating: 5

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