Crónica concierto de Pablo Und Destruktion en Wah Wah (Valencia) 20/10/2017

El desconcierto de Und Destruktion

Por Lorda Ribes

Con respecto a “Predación”, el último disco de Pablo Und Destruktion, cargado de sonido y acompañado de una banda muy compacta, sorprendió que el pasado 20 de octubre ocuparan el escenario de la Wah Wah de Valencia solo dos personas: Pablo García (und Destruktion) y Pibli (Pablo González) el batería de Dr. Explosion.

Muy resolutivo. La batería, excepcional. La mesa y los pedales de Pablo estaban bien cargados para dar un espectáculo guitarrero repleto de los sonidos inquietantes de su último trabajo. Y empezó tal cual, con “Preludio Corintio” y “Puro y ligero”, calcando el inicio de su nuevo disco y prometiendo un trayecto interesante.

Algún desajuste en el volumen  de los altavoces del escenario, mancillaron la obertura hacia el viaje místico y fuzzero que seguro que muchos esperaban. Así lo anunciaba la cantidad de cacharrería pedalera y la mesa de mezclas que rodeaban al artista. Una vez superados estos problemas, costó coger el buen camino entre los murmullos incesantes en la sala. Parecía que la cosa iba a despegar en “Powder”. Fue un vuelo corto pero cargado de intensidad para las primeras filas.

A pesar del buen ánimo del asturiano, la cosa no acabó de cuajar y, aunque no fue en absoluto un mal concierto, tampoco se estableció un vínculo muy potente entre el escenario y el público. Tal vez algo incómodo entre murmullos y complejidades técnicas. Pablo solía pasear de un lado al otro del escenario, no se sabe qué buscaba: una respuesta tal vez, evitar los acoples de guitarra o identificar entre el público a los incesantes charlatanes.

Se echaron de menos algunos de sus éxitos anteriores, como “Limónov”, y otros de los nuevos, como “Salario Social” o “El mejor traje de seda”. Fue de agradecer su recorrido, aunque somero, por trabajos anteriores, recuperando para los presentes un gran tema como lo es “La Extranjera”, de su primer álbum “Animal con parachoques”. Fue uno de los mejores momentos de la noche.

La sala estaba llena, no a reventar, pero concurrida, con un buen puñado de seguidores fieles, porque no hay otra manera de seguir a un artista tan raro y controvertido como Pablo und Destruktion. Se despidió con “El enemigo está dentro”, que  más que un “Hasta otra…!” sonaba a reproche. No hubo bises, pero esperamos verlo de nuevo en un entorno más favorable.