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Un musicólogo perdido (o encontrado) en Alemania

Hoy tenemos un post completamente distinto de los que solemos escribir por aquí. Procede de un musicólogo que tenemos infiltrado por tierras germanas. Alguien capaz de hacer innumerables viajes por disfrutar de sus grupos favoritos, de perseguir por remotos lugares aquella pasión que nos une, la música. Aquí os lo dejo:   
Por A.  
Dicen que la musicología es la ciencia que estudia los fenómenos de la música, así como su historia, en relación con la sociedad y el ser humano. Si os soy sincero no pensaba escribir estas líneas, pero aquí estoy, esperando mi tren en Hamburg Hauptbahnhof acompañado de un café en vaso de cartón que no le hace justicia a su precio y matando el tiempo mientras anoto cosas en servilletas que después pasaré al ordenador.

En momentos como este lamento no haber facturado mi guitarra en el avión, puede que esa necesidad de exteriorizar lo que siento sea la que me esté haciendo escribir, o no, no lo sé. Tampoco sé qué pensarían de mí ahora mismo si vieran estas suaves e improvisadas hojas con manchas y garabatos, probablemente que estoy para que me encierren, hasta yo lo haría.

Si finalmente estáis leyendo esto puede que os preguntéis qué narices hago solo y somnoliento en una estación de tren a las 3 de la madrugada, simplemente volver a Bremen tras ver a Youth Lagoon, un grupo de música que seguramente no conocerán mis compañeros de piso y algunos amigos, en la ciudad vecina. Visto así la anécdota carece de interés, los cuchicheos comienzan cuando llevas varias semanas viajando en solitario de aquí para allá, parando en los lugares por donde pasan las giras de algunos artistas.

Youth Lagoon

Botas inundadas en la lluviosa Alemania, temperaturas bajo cero mientras caminas por la calle de noche, esperas de hasta cinco horas para coger el autobús o tren de vuelta… no eres consciente de estas cosas cuando planificas este ritmo de vida. ¿Y para eso tantas molestias? Tal vez sea masoquista, que eso lo decida una musicóloga (o directamente un psiquiatra).

No sé si compensará la balanza, pero de no ser por esto no me habrían pasado otras muchas cosas. Un día estás viendo a uno de tus ídolos en una antigua fábrica de Colonia con una Gilden Kölsch y al otro estás probando una Pilsner Urquell mientras ves a un tal Jordan Klassen de Canadá teloneando a una de las bandas de tu adolescencia en la encantadora sala Knust de Hamburgo, por no hablar de las agradables visitas a tiendas de discos como la Hanseplatte con dependientes que insisten en ponerte el vinilo de Nils Frahm para que lo escuches con los cascos.

                                                   Sala Knust, Hamburgo                                                                           Tienda de discos Hanseplatte

Antes había mencionado la palabra historia, y es que al final te das cuenta de lo ligada que está a la música, desde el antiguo búnker alemán Uebel & Gefährlich, que alberga conciertos como el shoegaze de los neoyorquinos DIIV, a una de las maravillas arquitectónicas del neobarroco como la Laeiszhalle con Elvis Costello o Chris Cornell entre su programación.

                                        Uebel & Gefährlich, Hamburgo                                                                                     DIIV

Pero no todo es ver al artista y marcharse, de una forma u otra la música también te hace conocer nuevos lugares y te aporta otra forma de ver el mundo. Puedes perderte por Sankt Pauli, el barrio rojo de Hamburgo, buscando la sala Docks para ver a la joven Birdy, descubrir los parques y el ayuntamiento de Hannover mientras vas de camino a ver a los rusos Motorama e incluso hacerte una foto con los Músicos de Bremen al salir de la prestigiosa Die Glocke al lado de la catedral.

Es impresionante de lo que es capaz este lenguaje universal, a veces incluso de hasta unir a las personas, puede que esa sea una de las razones por las que ya lleve unos cuantas servilletas escritas y empiecen a mirarme raro los de la mesa de al lado. ¿Cómo es posible que la música nos afecte en tantas cosas? No lo sé, pero de lo que sí estoy seguro es que mi tren sale en 5 minutos y no quiero perderlo.

Un viajero (o enfermo) por el mundo,
A.

Un musicólogo perdido (o encontrado) en Alemania Reviewed by Unknown on 20:38:00 Rating: 5

1 comentario:

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