Crónica: Julio de la Rosa + Helena Goch (24/04/15)

El pasado viernes tuvimos la oportunidad de disfrutar de un concierto único, y es que daba comienzo el ciclo "Sons al Botànic", de Andsons Producciones. Este ciclo de directos (del que ya te hemos hablado aquí) traerá a Valencia a varios artistas nacionales (Ángel Stanich, Modelo de Respuesta Polar, Maika Makovsi y The New Raemon), en formato acústico y en un lugar privilegiado: el Jardí Botànic de la Universidad de Valencia.

Ambiente mágico y naturaleza por doquier para recibir el primero de estos conciertos, el de Helena Goch y Julio de la Rosa. 

Fue Helena la primera en subirse al escenario. La valenciana traía bajo el brazo su flamante primer disco: “Little Tiny Blue Men” (Ernie Records, 2015), y se la veía ilusionada de poder presentarlo en su propia tierra. Tan solo una guitarra fue el acompañamiento de la cantante, pero una voz tan delicada y personal no necesita mucho más. Helena Goch dio un concierto precioso que mostró desde el primer instante su calidad como artista.

Presentando cada historia y explicando los títulos, Helena Goch fue desgranando las canciones de ese primer disco. He said to me that day fue la primera, y ya sonó brillante. A ésta le siguieron otras, como Stay Away, ("la única canción del disco de amor del malo", como ella misma explicó), La Maga (también en sus palabras, primera canción que compuso y que toma su nombre del personaje de Rayuela), Trafalgar, Serendipia, To the sky y Perhaps, su tema más conocido, que funciona como verdadera carta de presentación de su disco.

Letras de amor (y de desamor) y sonido folk en una voz fascinante, que se llevó los aplausos y las simpatías de público ajeno y no tan ajeno (su familia y amigos tampoco habían perdido la oportunidad de ir a verla), y que dejó un sabor de boca exquisito y muchas ganas de volver a escuchar en directo canciones tan hermosas.

Ya era justo el ecuador de la velada cuando Helena Goch le dio paso a Julio de la Rosa. También solo, el jerezano dio un concierto muy distinto al anterior, pero perfectamente cohesionado. "Después de una voz como la de Helena, lo tengo complicado. Yo tengo que echarle más pirotecnia, para compensar y que no se note tanto", dijo nada más subirse al escenario. La pirotecnia, en este caso, la ponían un puñado de instrumentos peculiares que acompañaron al cantante, y también su puesta en escena, enérgica y que ensambla a la perfección con la rabia que se trasluce en muchas de sus canciones. Con su característico grito "Sé bailar y no es tan fácil" (de la canción El Traje), repetido como si de un mantra se tratase, comenzó su concierto.  

Julio de la Rosa tiene una amplia discografía y el tiempo era muy limitado, aún así, hubo lugar para alguna de sus canciones más antiguas, como La Carta ("Las Leyes del Equilibrio", 2005), que tomó una cadencia especial en esa atmósfera solitaria y oscura del Jardí Botànic. 

Otros temas que pudimos escuchar fueron Las camareras, Hasta que te hartes (ambas de "La Herida Universal", 2010), y de su último disco, "Pequeños Transtornos Sin Importancia" (2013), sonaron Gigante, Maldiciones Comunes y Un corazón lleno de escombros, canción que se elevó a la categoría de himno y fue coreada por los allí presentes.

Julio de la Rosa tampoco desaprovechó la ocasión de tocar un tema junto con Helena Goch, que subió de nuevo al escenario para cantar con él Mid Term, primera canción que compusieron juntos. 

El concierto de Julio de la Rosa finalizó con Entresemana, cantada más en acústico aún si era posible, entre el público, que hizo corro alrededor del cantante para disfrutar del talento de este artista que ya tiene su nombre escrito con letras bien grandes en el mundo de la música, y que derrocha un ingenio inusual tanto en sus letras como en su directo.

El primer concierto de Sons al Botànic fue, en definitiva, un disparo de salida perfecto para este ciclo que nos permitirá disfrutar de los directos de artistas nacionales en un espacio tan bonito como el Jardí Botànic. Desde aquí queremos expresar todo nuestro apoyo y nuestro agradecimiento a esta iniciativa, que saca a la música de su entorno habitual y la lleva a un lugar rodeado de naturaleza, en un formato acorde con ello que hace que cada concierto sea especial.